El síndrome del burnout
15/12/2024 - Recursos humanos
La mayoría hemos sentido el efecto del cansancio, hemos llegado a límites que no creíamos existieran, hemos experimentado ansiedad y presión por tareas labores, pero ¿cuándo exactamente esto es tolerable y cuando estamos hablando de enfermedad? Primero que nada, la dinámica actual de las sociedades contemporáneas y los efectos de un vertedero de información incontrolable han hecho mella en la salud de las personas trabajadoras, dado que la exposición constante a estímulos desequilibra la existencia y la satura. Se habla incluso de bienestar digital en respuesta al efecto que las Tecnologías de la Información (TI) están teniendo en las relaciones humanas, sobre todo en contextos laborales.
Hace un par de años, la Organización Mundial de la Salud (OMS) incluyó en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11) el síndrome el burnout como una enfermedad profesional. Esto sugiere que los países miembros están obligados a tratarlo como una enfermedad. En México, fue el 4 de diciembre de 2023 cuando la Secretaría de Gobernación publicó el decreto para reformar y adicionar disposiciones a la Ley Federal del Trabajo, entre las enfermedades incluidas en la tabla figuraban Endometriosis, Covid-19 y en el grupo IV, Enfermedades mentales, se nombraban 78. Trastorno de ansiedad, 79. Trastornos no orgánicos del ciclo sueño-vigilia, 80. Trastornos asociados con el estrés (grave y de adaptación) y 81. Trastorno depresivo. Sin embargo, se ha dicho que el síndrome de burnout está incluido, pero no lo vemos que se nombre como tal, ¿cómo saber qué es y qué lo define entonces?
¿Cómo se define y cuáles son sus síntomas?
El término comenzó a tener presencia en 1960 y en la década del 70 fue asociado al desgaste profesional (Martínez, 2010, p. 3). El consenso de expertirse lo define como una respuesta al estrés crónico en el trabajo. La Real Academia Española define síndrome como “conjunto de síntomas característicos de una enfermedad o un estado determinado”, si esta definición la relacionamos con el burnout, tenemos que es un síndrome precisamente por ser una respuesta a un estrés crónico. Alrededor de él ha existido gran polémica, porque fue relacionado con personas trabajadoras asistenciales, y fue hasta 1996 que se incluyó la definición de profesiones no asistenciales (Ibid., p. 5), además, comparte síntomas con otros padecimientos psicológicos.
Aunque su definición no es unánime, hay características que desde su surgimiento le son propias. Se dice que es una respuesta inadecuada, con un desarrollo paulatino, al estrés laboral, de ahí que sea conocido también como “síndrome de aniquilamiento, síndrome de estar quemado, síndrome de desmoralización o síndrome de agotamiento emocional o profesional” (Apiquian, 2007, p. 1). Existe la definición de Maslach y Jackson (1981, 1982), que desde su planteamiento ha sido enriquecida, ellos lo consideraban como “manifestación comportamental del estrés laboral, y lo entienden como un síndrome tridimensional caracterizado por cansancio emocional (CE), despersonalización (DP) en el trato con clientes y usuarios, y dificultad para el logro/realización personal (RP)” (Martínez, 2010, p. 4), empero, se han desarrollado modelos explicativos del burnout siguiendo diferentes teorías: teoría sociocognitiva del yo, teorías del intercambio social, teoría organizacional y teoría estructural. Como podemos ver, cada modelo le da cierta explicación, desde cuestiones que atañen al yo (autocontrol, confianza, competencia, por mencionar algunas), hasta asuntos organizacionales (cultura y clima organizacionales, por ejemplo).
Dado que es una respuesta al estrés, tiene síntomas psicosomáticos: fatiga crónica, dolores de cabeza, dolores musculares (cuello, espalda), insomnio, pérdida de peso, úlceras y desórdenes gastrointestinales, dolores en el pecho, palpitaciones, hipertensión, crisis asmática, resfriados frecuentes, y aparición de alergias. Síntomas emocionales: irritabilidad, ansiedad generalizada y focalizada en el trabajo, depresión, frustración, aburrimiento, distanciamiento afectivo, impaciencia, desorientación, sentimientos de soledad y vacío, impotencia, sentimientos de omnipresencia. Y síntomas conductuales: cinismo, no hablan, apatía, hostilidad, suspicacia, sarcasmo, pesimismo, ausentismo laboral, abuso en el café, tabaco, alcohol, fármacos, etc., relaciones interpersonales distantes y frías, tono de voz elevado (gritos frecuentes), llanto inespecífico, dificultad de concentración, disminución del contacto con el público/clientes/pacientes, incremento de los conflictos con pares, disminución de la calidad del servicio prestado, agresividad, cambios bruscos de humor, irritabilidad, aislamiento, enfado frecuente (Apiquian, 2007, p. 2).
¿Cómo diferenciarlo de otros padecimientos?
Se dice que tiene diversos estadios, los más establecen 4 de ellos: Forma leve (síntomas físicos inespecíficos con baja en la operatividad); Forma moderada (insomnio, automedicación, desconcentración); Forma grave (ausentismo, aversión por tareas laborales, cinismo, abuso de sustancias); y Forma extrema (aislamiento, crisis existencial, depresión crónica y riesgo de suicidio) (Apiquian, 2007, p. 3). Y su diagnóstico se establece con base en la triada dada por Maslach y Jackson: cansancio emocional, la despersonalización y la falta de realización personal.
A diferencia de del estrés general, el burnout solo expresa sentimientos negativos; “es evidente que el estrés general se puede experimentar en todos los ámbitos posibles de la vida y actividad del ser humano a diferencia del Burnout, que como la mayoría de los autores estiman, es un síndrome exclusivo del contexto laboral” (Martínez, 2010, p. 7). Respecto a la fatiga física, en el burnout va acompañada de sentimientos profundos de fracaso y su recuperación es más lenta. Y en cuanto a la depresión, se dice que en el burnout presenta también cansancio emocional, pero aunado a una despersonalización o cinismo y baja realización personal. Hay quienes también consideran que la depresión se presenta en una etapa posterior al burnout, cuando ya se ha perdido demasiado (Ibid., p. 7).
Como puede verse, es importante para su diagnóstico la triada cansancio emocional, despersonalización y falta de realización personal, pero también hemos visto que es una mala respuesta al estrés, si consideramos que hay estrategias personales de afrontamiento y estrategias organizacionales para evitarlo, minimizar los síntomas y prevenirlo. Dicho esto, es importante acentuar que ha sido un síndrome relacionado estrechamente con el trabajo, y cuyos contextos: personal y organizacional, juegan un papel determinante. No se debe olvidar que tiene un desarrollo progresivo, por ello revisten gran determinación las estrategias de prevención y de identificación, pero no se debe esperar a que se presente el síndrome para entonces atenderlo.
Fomentar ambientes laborales sanos, poner el énfasis en las personas, tener una comunicación estratégica, fomentar el desarrollo del personal e incentivar su crecimiento, así como gestionar el cambio, especialmente en la época actual, cuando la reconversión de habilidades es decisiva, parecen ser requerimientos necesarios, enfoques imprescindibles y estrategias inevitables. Nuestro desarrollo histórico como especie nos ha mostrado que todo desarrollo tecnológico llega a buen puerto cuando las personas que están involucradas en él tienen bienestar.
Referencias
Apiquian Guitart, A. (2007). El síndrome del burnout en las empresas. https://www.ucm.es/data/cont/media/www/pag-30022/sindrome%20burnout.pdf
Martínez Pérez, A. (2010). EL SÍNDROME DE BURNOUT. EVOLUCIÓN CONCEPTUAL Y ESTADO ACTUAL DE LA CUESTIÓN. Vivat Academia, 112, 42-80. https://www.redalyc.org/pdf/5257/525752962004.pdf
Real Academia Española. (2023). Diccionario de la Lengua Española. Síntoma. https://dle.rae.es/s%C3%ADndrome?m=form
Secretaría de Gobernación. (2023). DECRETO por el que se reforman y adicionan diversas disposiciones de la Ley Federal del Trabajo. Tabla de Enfermedades del Trabajo. Diario Oficial de la Federación (DOF). https://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5710347&fecha=04/12/2023#gsc.tab=0
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