Mujeres y habilidades STEM en México

08/03/2024 - Recursos humanos

El desarrollo de las sociedades contemporáneas está íntimamente ligado al sector tecnológico, de ahí que el impulso dado a la formación en STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics) haya despuntado en las últimas décadas. Incluso, los retos que se plantea el mercado laboral tienen una relación estrecha con la capacitación para hacer frente a situaciones y circunstancias propias del ciberespacio, la robótica o la biotecnología. El avance tecnológico tiene un crecimiento exponencial al que se debe sumar la formación académica, pero ante tal propósito, vale preguntarse ¿cuáles son los retos de una formación en STEM desde una perspectiva de género?

La transformación laboral requerirá de mayor personal capacitado. Según el Foro Económico Mundial 2024, las tendencias labores incluyen habilidades en manejo de IA y tecnologías digitales, de ahí la premura de formar a la ciudadanía en general, y en especial a jóvenes. Pero los números no son favorables para las mujeres, aunque se prevé que su incorporación al mercado laboral beneficia a la economía, con un dividendo de género de “172 billones de dólares para la economía mundial”, en México “3 de cada 10 profesionistas en STEM son mujeres”.

En cifras de la Unicef, la inclusión de mujeres en carreras STEM a nivel mundial se ha dado solo en 35 %, y para México en 38 %: “el informe PISA, a los 15 años el 28% de los niños quiere estudiar ciencias o ingenierías, frente a tan sólo el 9% de las niñas mexicanas”.

Cifras de mujeres en STEM a nivel nacional

En el país, según datos del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), 494 mil 753 mujeres y 996 mil 519 hombres… estudian algún programa STEM a nivel nacional”. Esto indica que las mujeres van en desventaja, especialmente en estados como Baja California Norte, Coahuila, Tamaulipas, Chiapas, Quintana Roo, Jalisco, Campeche, Colima y Aguascalientes, donde la matrícula de mujeres en STEM necesitaría aumentarse más del doble para equiparar a la de los hombres. En tanto seis estados tienen la mitad de la representatividad de mujeres en programas STEM: Ciudad de México, Estado de México, Puebla, Veracruz, Nuevo León y Guanajuato, en todos ellos, la matrícula se debería incrementar menos de la mitad para equiparar a la de los hombres.

Los datos anteriores indican que el cierre de la brecha de género ha sido lento, ya que sólo en Tabasco se redujo de 33 % a 30 %. Ante tal panorama, ¿qué obstaculiza la incorporación de las mujeres a los programas en matemáticas, ingeniería y tecnologías en México?

Obstáculos

 Si bien es cierto que uno de los ODS de la Agenda 2030 es la igualdad de género y la reducción de la brecha de género, aún se presentan obstáculos globales para su incorporación, a falta de cambios sistémicos en las sociedades actuales. En el Foro Económico Mundial se habló de acciones a favor de la incorporación de las mujeres al mercado laboral, entre ellas paquetes de cuidado para hijas e hijos y aumento de prestaciones, ya que se dice existen “606 millones de mujeres en edad laboral en el mundo que no trabajan  por sus responsabilidades de cuidado no remuneradas, frente a 60 millones de hombres”.

Esto nos habla de la necesaria incorporación de la perspectiva de género en las acciones gubernamentales relacionadas con la academia. Para la Unicef, existen claros obstáculos para cerrar la brecha de género en la materia, entre ellos podemos mencionar: la falta de seguridad de niñas mexicanas para pensar en su bienestar a pesar de sus habilidades en ciencias y matemáticas; la persistencia de estereotipos de género que se interponen entre los planes de vida y elección vocacional; la falta de educación de niñas debida a la discriminación y roles de género, entre estas circunstancias se da la exclusión de una educación de calidad; la falta de representatividad, esta es una deuda histórica, pues muchas son las mujeres que han hecho grandes aportaciones a la ciencia y en general al desarrollo humano, mas han sido borradas de los registros; y por último, tenemos que la falta de inclusión de mujeres en carreras STEM.

Pero tales no son los únicos impedimentos. En el sector laboral, la incorporación de la perspectiva de género ha sido lenta. Recientemente, en 2021 se realizó la última reforma a la Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres (LGIMH), donde se habla de los presupuestos con perspectiva de género, de la necesidad de lograr la igualdad sustantiva y la certificaciones en relación a la igualdad implementada en el sector empresarial, no obstante, los planes de igualdad no son obligatorios en las empresas, como lo son en países desarrollados. Incluso, la erradicación de estigmas y estereotipos de género es muy pobre, tanto en el ámbito educativo como en el empresarial. Recientemente, se ha visto un cambio en el contexto educativo, donde se han comenzado a implementar protocolos de atención a violencias y se ha comenzado a entablar la plática acerca del lenguaje inclusivo y no sexista.

Para incentivar la incorporación de las mujeres en carreras STEM, se debe planear un programa nacional para generar ambientes favorecedores para las mujeres en contextos de los que habían sido relegadas. Esta incorporación debe ir de la mano de un marco legal, como la mencionada ley y el apego a los protocolos de atención a la violencia, junto con una atención expresa y resolutiva de los casos que se llegaran a presentar. Esto implica un despliegue de infraestructura y de recursos humanos por el que debe velar el Estado. Asimismo, se debe trabajar en crear alianzas estratégicas entre la academia y el sector privado, que es quien puede brindar las experiencias laborales para las mujeres en sectores de tecnología y ciencias exactas, así como ingenierías, para impulsar el interés y la formación de las mujeres en áreas inexploradas.

Estas acciones son apenas un comienzo, pero son decisivas para lograr un cambio. Entre ellas se encuentra el impulso que se dé a la incorporación de la perspectiva de género a nivel institucional tanto como laboral, puesto que solo así se permitirá atender los rezagos y los desafíos que presentan las mujeres cuando deciden incorporarse al sector que atienden las carreras en STEM.