PYMES, mujeres y la economía nacional

09/11/2023 - Recursos humanos

La inclusión de las mujeres en el ámbito empresarial ha sido gradual y se ha enfrentado a diversos retos, el principal de ellos ha sido la generación de la igualdad sustantiva, definida por la LGIMH en su artículo 5, fracción XI, como “el acceso al mismo trato y oportunidades para el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos humanos y las libertades fundamentales”. Si bien, las mujeres han logrado insertarse en los puestos directivos (39.2 %), la informalidad o el emprendimiento han sido nichos propicios para que la mujer comience a tener experiencias enriquecedoras en el ámbito empresarial.

En el contexto mexicano, la mujer y su rol cultural ha tenido gran peso en la dinámica organizacional de las microempresas, en especial, la relación que se establece entre personal y la persona empleadora. Los estudios que han puesto en la balanza los beneficios de las mujeres en la dirección confirman que las mujeres aportan mayor confianza a su personal y esto provoca mayor fidelidad con la empresa, es decir, se genera mayor productividad porque el personal empleado está concentrado en cumplir sus procesos y alcanzar las metas, y no está determinado solo por sus circunstancias laborales. La incorporación de las mujeres en el ámbito empresarial ha sido paulatina y necesita de un análisis innovador que logre establecer parámetros adecuados para la atracción, selección y permanencia de las mujeres en el sector.

Lo primero será preguntarse ¿qué aspectos de género caracterizan a mi empresa? Porque sabemos que los estereotipos de género determinan aspectos laborales y se tienen ciertas expectativas acerca de quienes dirigen y se encargan de cargos directivos en las empresas. Pero también sabemos que tener la propiedad de una empresa nos da el poder de incidir en las formas de dinamizar el ámbito empresarial, visto así, determinar bajo qué condiciones se opera es primordial para emprender.

Si la realidad social se modifica, la conformación empresarial debe ir a la vanguardia, no sólo porque se trata de responder a las necesidades sociales, sino porque también se atiende una cuestión de derechos humanos. Para empezar, en México es una realidad que la Tasa de Participación de los hombres dentro de la población económicamente activa para este año fue de 75.9 %, mientras que la de mujeres representó 46 %. Respecto al año anterior, la tasa de hombres disminuyó 0.5 puntos porcentuales y la de mujeres creció 1.2. Podríamos pensar, sin embargo, que si es mayor el porcentaje de mujeres trabajando en la informalidad (56.1 %) y si disminuyó la participación de las mujeres en cargos directivos, son las mujeres las que han buscado la manera de generar ingresos. Esto sin mencionar que son ellas mismas las que engrosan el porcentaje de profesionistas jóvenes (55 %).

Ambas circunstancias son dos razones más para trabajar en la inclusión de la perspectiva de género en el ámbito empresarial. Si pensamos en las mujeres y los beneficios que representan para la economía tenemos que:

“Diversos estudios señalan que los niveles de cartera vencida de las instituciones y organismos no gubernamentales especializados en el financiamiento de proyectos de mujeres, son poco variables y significativamente inferiores a los que registran las instituciones que financian proyectos de varones” (p. 26).

Según el Banco Mundial, falta 33 % para que las mujeres gocen de los mismos derechos que los hombres, de ahí que las reformas llevadas a cabo para reducir esta brecha indican que si una “mujer ingresa a la fuerza laboral hoy se retirará antes de obtener los mismos derechos que los hombres”. Reducir este porcentaje otorgará un incremento del PIB, “se estima ganancias económicas globales entre USD 5 billones a USD 6 billones, si las mujeres iniciaran y ampliaran nuevos negocios al mismo ritmo que lo hacen los hombres”.

Pensemos en las características de las empresas familiares y de las mujeres, y a partir de éstas, generar estrategias empresariales para resarcir las inequidades. Basta decir, que estas características también otorgan beneficios y pueden trazar la ruta a seguir en la dinámica de nuevos mercados. Esto significa que visibilizar el impacto de las mujeres en el ámbito económico es tan necesario, como es necesario que empresarias y empresarios tengan presentes los elementos de género que reproducen y opten por equipararlos al “articular sus procesos internos”.

PYMES en México y su desarrollo

En México, las Pequeñas y Medianas Empresas (PYMES) aportan 42 % del Producto Interno Bruto (PIB) y generan 73.8 % de los empleos en el país, lo cual significa que representan gran oportunidad de desarrollo para la economía nacional.  Debido a esta circunstancia, se ha señalado el apoyo al sector a través de acciones de asesoramiento y capacitación para acceso a recursos públicos, productos crediticios focalizados en regiones excluidas,  crear redes entre proveedores y estas empresas para facilitar su permanencia en mercados internos y cadenas globales, así como la promoción de un crecimiento económico incluyente.

Según reporta el INEGI, dos años atrás, dentro de las empresas medianas, 8.8 %; 20 % de las pequeñas; y 23.5 % de las microempresas, las decisiones fueron tomadas por una mujer. Asimismo, 44.3 % de las medianas; 30.6 % de las pequeñas; y 24.5 % de las microempresas realizaron alguna solicitud de crédito en 2021, sin embargo, la solicitud total de financiamiento ha sido del 30.1 %. Podemos preguntarnos entonces ¿cómo se potencian y fortalecen ante la falta de crédito? Estos datos nos dan un panorama de las circunstancias en las que operan las PYMES  en el país y, sobre todo, las áreas de oportunidad en el ámbito del financiamiento, la formación y el liderazgo. La generación de nuevas dinámicas organizacionales debe ir de la mano con la incorporación de la IA para crear empresas mayormente competitivas y esclarecer el criterio  financiero bajo el cual se puede emprender en México.

Las PYMES tienen mayor impacto en los sectores del comercio, la industria y los servicios, pero tienen menos acceso a créditos, son vulnerables ante momentos de crisis y deben innovar en sus procesos para participar de los beneficios de los mercados digitales, para ello, deben invertir en la capacitación de personal y en las herramientas tecnológicas.

Ante este contexto, en conjunto, las PYMES y la perspectiva de género representan una oportunidad de crear nuevos panoramas para la economía mexicana, nuevas oportunidades para innovar en cuanto cultura organizacional, liderazgo y mercado. Y representan el pilar de cambio en cuanto a la dirección que puede tomar la economía nacional en el ámbito global, pues las PYMES ofrecen productos de calidad y tienen una filosofía familiar que las respalda.

Referencias

Banco Mundial. (03 de marzo de 2023). El ritmo de las reformas hacia un trato igualitario de los derechos de la mujer ha caído al nivel más bajo en los últimos 20 años. https://www.bancomundial.org/es/news/press-release/2023/03/02/pace-of-reform-toward-equal-rights-for-women-falls-to-20-year-low

Culebro-Victorio, Héctor, Martínez-Roa, Karla Alegría, y Cerda-Cristerna, Aída de los Ángeles. (2009). La empresa a través del enfoque de género. Inmujeres.

Secretaría de Economía. (24 de febrero de 2020).  Capítulo 25. Pequeñas y Medianas Empresas. https://mipymes.economia.gob.mx/wp-content/uploads/2020/06/Reporte-TMEC_n34-esp_20200224_.pdf